Porque por fe andamos, no por vista.

2 Corintios 5.7

Aquí estoy. Espero que hayan tenído una semana bendecida. Hace cuatro días lloraba a un amigo y padre espiritual por su partida al cielo. La persona que me había acogido como su hija en la venida hacia los estados Unidos de America, la tierra de las oportunidades como la conocíamos en Cuba y la persona que me profetizó acerca de ese evento ya no estaría conmigo aquí en la tierra, pero mi corazón sabe que lo que él está viviendo ahora, no se compara a esta vida.Ya no está sufriendo más físicamente. En este momento está gozando de una felicidad eterna.

Antes de contar mi experiencia sobrenatural con el Señor les preguntaré algo ¿Tienen la fe suficiente como para creer que Dios puede resucitar a un muerto, sanar a alguien que los doctores no le daban esperanza? Si la respuesta es sí, entonces pueden creer como llegué a los Estados Unidos.

A finales del 2003 estaba yo traduciendo a mi querido amigo y pastor Greg Carter en unos de sus viajes a Cuba. Recuerdo que el lugar estaba lleno de personas y el espiritu de Dios se movía de una manera sobrenatural. Ibamos de mano a mano en la predica como uno solo, de momento Greg quedó en silencio y yo solo esperé y lo miré como queriendo saber por qué se había detenido. El solo me miró y me dijo con una seguridad tremenda.-Lenia muy pronto tu irás a los estados Unidos y verás la nieve. Nunca me habían profetizado, no sabía si podíamos hacerlo por lo que no lo tomé seriamente y seguimos trabajando. Greg regresó a los Estados Unidos. Había sido su último viaje a Cuba.Ya no lo vería más, Dios lo estaba llamando a Africa y a Europa, no lo supe hasta tiempo después. Dios había usado a muchos profetas que habían recibido profecías directamente de Dios en el Antiguo testamento, ¨*Estos son las personas usadas por Dios como intermediarios entre Dios y su pueblo para revelar lo que va a acontencer en el futuro. Así Greg me había hablado.

Pasaron tres meses después de aquella profecía olvidada por mí cuando de camino a la casa veo a un grupo de mis vecinos asomados en el balcón de sus casas esperando a que me acercara, me gritaban -te ha llegado la visa! Yo no entendí porque ni mi esposo ni yo habíamos aplicado para la visa. Tomé el documento y lo leí.Tenían razón era la visa. Le conté a mi familia y ellos tampoco podían creerlo. Lloramos porque no era nuestro plan y yo no quería dejar a mi familia. Investigamos como esa visa había llegado ¿Quíen había aplicado? pero nadie daba respuesta. Era imposible que alguien hubiera tenido nuestra información, incluso la de nuestra pequeña niña que ni siquiera tenía un año de nacida en ese entonces. Decidí continuar con el proceso y le hablé a Dios, le pedí otra señal porque yo me resitía al hecho de venir a los Estados Unidos.

Estabamos en espera de una llamada que se tardó por uno o dos meses no recuerdo bien,pero esa demora estaba a mi favor porque dudé de que la hicieran. En ese tiempo un grupo de 11 hermanos habían venido desde los Estados Unidos a nuestra Iglesia. Tenían una misión a las afueras de la ciudad, pero ese día Dios le había hablado al pastor del grupo, gran siervo de Dios, Rob White para que en vez de ir a la misión que tenían programada fueran a la embajada americana a interceder por la visa de nosotros que estaba estancada. El pastor se dirigió a nosotros a decirnos sobre el cambio de plan pero no podíamos aceptar algo así porque había una agenda que seguir y nuestro pastor no le gustaba hacer cambios. El pastor llamó a su grupo y oraron sobre el asunto. Nuevamente nos llamaron y estuvieron resueltos a proseguir lo que Dios le había dicho. Acordamos llamar a nuestro pastor para informarle de la situasión pero él nunca respondió. Debía haber estado en el lugar de salida a las 7 am pero no llegaba. El pastor misionero sintió en el espiritu que debían ir a la embajada en ese momento, que no podían esperar más.Tomaron la responsabilidad en sus manos y se fueron, yo no podía ir pues mi niña estaba muy pequeña y la traía conmigo. Ellos entraron a la embajada. Rob White y David strickland entraron a la oficina y en cuestión de minutos salieron con la confirmación de que en tres dias nos iban a llamar para que fueramos a recoger el permiso de salida. Aún mi corazón se revelaba contra Dios. Ese día me humillé delante de Dios y le pedí que me pusiera en el corazón el querer venir a los Estados Unidos porque yo no quería. Dios había confirmado que la decisión había venido de Él. Inmediatamente que elevé la oración a Dios sentí su confirmación en mi corazón con una simple oración -Sigue a tu esposo. y eso hice. Nuestro viaje fué pagado aún sin pedir nada. Cuando llegamos a los estados Unidos, a nuestro destino estaba nevando tal y como Greg carter había profetizado. Se nos proveyó un apartamneto, ropa, comida y una calida acogida. Nunca tuvimos escasés de nada porque Dios nos bendijo de gran manera a través de los hermanos.

Genesis »12.12 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré « Dios no me me dijo como Abram precisamente pero si me estaba sacando de mi tierra para ir a una tierra extrangera, desconocida para mi con un propósito. Dios tenía un plan y el organizó todo para que ese plan se cumpliera. 20 años más tarde heme aquí trabajando en el propósito de Dios que más adelante les contaré.

Dios tiene un llamado específico incluso para tí. Todos tenemos un propósito para nuestra existencia en la tierra, solo tenemos que ser obedientes, y cuando la razón no entiende el llamado y la duda se siembre en tu mente, recuerda que estamos en este mundo pero no somos de este mundo, lo sobrenatural es algo que no tiene sentido para los que no conocen a Dios pero lo que sí lo conocemos creemos que Dios es todopoderoso y no hay nada imposible para Él. (Lucas 1.37)Él es sobrenatural por tanto nosotros andamos y creemos en lo sobrenatural.Como un día me dijo el pastor y querido amigo Greg ‘‘No es cuestión de entender ahora sino de obedecer a Dios.’’

Dios te bendiga ♥